#Vergüenza, las redes indignadas por el ataque al Boca Juniors
Enorme escándalo en Argentina mostrando la corrupción en el fútbol, la incapacidad de los presidentes de atajar con firmeza la actitud de hinchas radicales -los fanáticos y ultraviolentos-, y la falta de seguridad y control en el corazón de Buenos Aires, el distrito de Núñez, el área del Estadio Monumental.
Indignación en las redes sociales. No existió un protocolo de seguridad. Ni se educó a la hinchada. Ni se convirtió la final de la Copa Libertadires en una fiesta del fútbol, el deporte y el espectáculo. Una enorme frustración y un daño a la imagen de Buenos Aires y de Argentina en la víspera de la cumbre del Grupo de los Veinte (G20).
El partido entre River Plate y Boca Juniors, el segundo de la final de la Copa Libertadores, fue finalmente suspendido. El autobús de Boca Juniors resultó apedreado y atacado con gases lacrimógenos. Hubo además diferentes altercados e incidentes en las afueras del estadio Monumental.
La Conmebol, que organiza la competición, retrasó en dos ocasiones el partido de vuelta de la final. A pocos minutos de que diese comienzo el choque fue aplazado a este domingo.
Todo ha comenzado después de que el autobús de Boca Juniors fuese atacado con piedras y gases lacrimógenos. El capitán Pablo Pérez tuvo que ser trasladado a un centro sanitario para ser atendido. De igual manera que Carlos Tévez, que tuvo que recibió cuidados médicos en el mismo estadio.
Boca Juniors pidió el aplazamiento del partido, sobre todo después de que la ambulancia que trasladó a Pablo Pérez a un hospital también fuese apedreada por los seguidores locales. La Conmebol rechazó inicialmente, con la presencia de Gianni Infantino -presidente de FIFA- en el estadio suspender el partido, pero finalmente decidió aceptar su aplazamiento.
Además, lo ocurrido en la llegada al estadio ha generado que un nutrido grupo de seguidores protagonizase diferentes incidentes. Se produjeron numerosas detenciones.
El partido se disputa este domingo a partir de las 17.00 horas (a las 21.00, hora peninsular española). La Conmebol dejó la puerta abierta a cualquier modificación en función de los sucesos del sábado en Buenos Aires.
Indignación en las redes sociales. No existió un protocolo de seguridad. Ni se educó a la hinchada. Ni se convirtió la final de la Copa Libertadires en una fiesta del fútbol, el deporte y el espectáculo. Una enorme frustración y un daño a la imagen de Buenos Aires y de Argentina en la víspera de la cumbre del Grupo de los Veinte (G20).
El partido entre River Plate y Boca Juniors, el segundo de la final de la Copa Libertadores, fue finalmente suspendido. El autobús de Boca Juniors resultó apedreado y atacado con gases lacrimógenos. Hubo además diferentes altercados e incidentes en las afueras del estadio Monumental.
La Conmebol, que organiza la competición, retrasó en dos ocasiones el partido de vuelta de la final. A pocos minutos de que diese comienzo el choque fue aplazado a este domingo.
Todo ha comenzado después de que el autobús de Boca Juniors fuese atacado con piedras y gases lacrimógenos. El capitán Pablo Pérez tuvo que ser trasladado a un centro sanitario para ser atendido. De igual manera que Carlos Tévez, que tuvo que recibió cuidados médicos en el mismo estadio.
Boca Juniors pidió el aplazamiento del partido, sobre todo después de que la ambulancia que trasladó a Pablo Pérez a un hospital también fuese apedreada por los seguidores locales. La Conmebol rechazó inicialmente, con la presencia de Gianni Infantino -presidente de FIFA- en el estadio suspender el partido, pero finalmente decidió aceptar su aplazamiento.
Además, lo ocurrido en la llegada al estadio ha generado que un nutrido grupo de seguidores protagonizase diferentes incidentes. Se produjeron numerosas detenciones.
El partido se disputa este domingo a partir de las 17.00 horas (a las 21.00, hora peninsular española). La Conmebol dejó la puerta abierta a cualquier modificación en función de los sucesos del sábado en Buenos Aires.
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