Jesús Rollán, una vida trágica. (Foto: YouTube)

El trágico y fatal desenlace del jugador de Waterpolo Jesús Rollán

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Jesús Rollán, el jugador de Waterpolo que se convirtió en uno de los flechazos de la infanta Cristina, tuvo una vida trágica. Su vida da para un libro. Y dicho y hecho. Ahora, ha salido a la luz Jesús Rollán eterno. Vida y muerte de una leyenda.

Ella está escrita por los periodistas Francisco Ávila y Alberto Martínez. Sin embargo, en sus páginas no aparecerá la historia que le unió al curriculum amoroso de la infanta, y eso que esa relación también da para mucho.

Como en las mejores comedias románticas, todo su historia comienza con un triángulo amoroso. La infanta Cristina, dedicada deportista y olímpica en Seul 88, como abanderada del equipo español y reserva en la clase 470 de vela ya había estado en una relación con Fernando León, un imponente regatista amigo del novio de su prima Alexia de Grecia, y Álvaro Bultó que falleció en un trágico accidente en 2013. 

La infanta Cristina se sintió atraído casi de inmediato por Jesús Rollán ya que en aquel momento era una de las estrellas más queridas y fascinantes que ha tenido nuestro deporte. Sergi Pedrerol, uno de sus mejores amigos de Jesús Rollán explicó que "no sabías por qué, pero Jesús tenía un magnetismo especial. Aglutinaba mucha gente a su alrededor. En la Blume, todos los deportistas acababan en nuestra habitación".

El suicidio en 2006 de Jesús Rollán ofreció una imagen totalmente trágica: la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín llorando en su funeral, unidos por el dolor de la pérdida del que fue un gran amigo para ambos. Rollán tenía solo 37 años. 

Con su familia en primera fila y diversos compañeros como testigos, Jesús Rollán anunció su retirada del waterpolo profesional el 22 de abril de 2004. Lo hizo en la sala de prensa del Sabadell, su último club, con la vista puesta en los Juegos Olímpicos de Atenas. Tras haber competido en la selección española en cuatro ocasiones -Seúl 88, Barcelona 92, Atlanta 96 y Sídney 2000, con una plata y un oro histórico- el guardián de la piscina decidió dejar el deporte tras competir una última vez en los Juegos Olímpicos.

"Jesús Rollán vino a verme un día al Comité", cuenta Sagrario Aguado, exatleta olímpica, en El viaje. La medalla de la salud mental. "Jesús, a ver, ¿qué has hecho? Dime. Dame tu currículum. Vamos a ver si podemos", le dijo ella. 

"Sagrario, si yo lo único que he hecho ha sido nadar. Ahora he salido de la piscina y es que me levanto por la mañana y no sé qué hacer.  Entonces te das cuenta de la fragilidad de personas que hemos llegado a lo más alto y que hemos competido en situaciones superdifíciles, sometidos a muchísima presión, y cómo hemos sido capaces de estar ahí, pero sin embargo con la vida a veces no somos capaces", aseguró. 

Cuando el Comité Olímpico Español reactivó el programa Tutoría de Deportistas en 2005, Jesús Rollán fue uno de los primeros en acogerse esta iniciativa. Ingresó en un centro de La Garriga (Barcelona) para tratarse y fue allí donde, meses más tarde, se quitó la vida.


"Todos éramos conscientes de que podía haber algunos problemas, pero era un tío tan fuerte, tan brillante, tan explosivo, que decías 'saldrá, saldrá, igual que te levanta un partido y te hace ganar un Mundial y te hace ganar una Olimpiada, el partido más importante de cualquier persona, que es su propia vida, la va a tirar adelante. No tuvimos la capacidad su entorno de ver que había ahí una fragilidad que le llevaría a lo que le llevó", indicó ante las cámaras Josep María Abarca, su compañero en Atlanta 1996.
 
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