Todo queda abierto para la próxima semana en el Santiago Bernabéu

El Real Madrid está imparable. Los de Ancelotti encontró una salida rápida para no caer aplastado por el Manchester City (4-3) en la ida de las semifinales de la Champions League, una cita en la que los blancos demostraron su ADN y su capacidad para no dar todo por perdido. Queda todo abierto para la próxima semana en el Santiago Bernabéu.

Los de Carlo Ancelotti estuvieron a punto de caer al precipicio en varias ocasiones, sobre todo en un comienzo arrollador por parte de los de Pep Guardiola. 

Todo fueron problemas para los blancos, minimizados sin Casemiro, y con dificultades para alcanzar el campo contrario. Un par de errores de los ingleses en la salida pudieron cambiar el partido pero no fue hasta el minuto 30 cuando Benzema dejó su sello en el Etihad Stadium con un zarpazo al primer toque tras un centro de Mendy.

Kevin de Bruyne marcó a los dos minutos, asistido por un gran Ryad Mahrez, y antes del minuto 10 llegó el 2-0 con un error defensivo que aprovechó Gabriel Jesus con rapidez. No había forma de frenar el equipo de Pep Guardiola, que estuvo sobresaliente en la circulación.

Siete goles en todo un lujo de partido sin costuras en el que las defensas no brillaron especialmente y en el que los espectadores pudieron disfrutar de un sinfín de oportunidades en ambas porterías.