Novak Djokovic logró su decimoséptimo Grand Slam. (Foto: @AustralianOpen)

Novak Djokovic derrota a Dominic Thiem y desafía a Nadal desde el nº 1

Compartir en:
En cinco sets, pero lo logró. Novak Djokovic se impuso en cinco sets, por 6-4, 4-6, 2-6, 6-3 y 6-4, al austriaco Dominic Thiem en la final del Abierto de Australia, tras un intensísimo partido. De este modo, el serbio conquistó su octavo título en dicho torneo y recuperó el número uno del ranking mundial de la ATP, en detrimento de Rafael Nadal.

Después de 3 horas y 59 minutos con una fascinante batalla sobre la pista dura del Rod Laver Arena, Djokovic agarró su decimoséptima corona de Grand Slam. De tal modo, el jugador de Belgrado se acercó a Nadal, que tiene 19, y ya apunta hacia el suizo Roger Federer, que acumula 20.

Verdugo de Nadal en cuartos, Thiem afrontaba su tercera final de un grande, tras las derrotas encajadas en 2018 y 2019 precisamente ante Rafa en Roland Garros. Para colmo, enfrente tenía a un hombre imbatible en los duelos por salir campeón de Melbourne.

Siete victorias en siete finales, ése era el balance impoluto de Djokovic antes de medirse a un rival que durante su formación parecía solo un especialista en tierra batida. Sin embargo, el austriaco ya es mucho más que el abanderado del proyecto Next Gen que impulsa la ATP.

Y así lo dejó claro desde los primeros compases, aunque no del todo. En el segundo juego, Nole rompió su servicio en cuanto tuvo la oportunidad y además consolidó la situación de inmediato. Los turnos de saque prosiguieron y el serbio apenas se inquietaba, pero al otro lado de la red no estaba un mero invitado a la fiesta ajena.

Thiem aceleró en ritmo para reparar la desventaja en el séptimo juego y empatar el marcador en el octavo (4-4), salvando incluso una opción de break que auguró la pugna del décimo. Entonces, Djokovic sí aprovechó para quebrar de nuevo el saque contrario, en segunda instancia, y apuntarse un set lleno de calidad (6-4).

Djokovic ganó entonces en blanco su servicio inicial en la segunda manga y cogió carrerilla. Ante ese vendaval, el tenista austriaco respondió con otro saque favorable en blanco y luego hizo un oportuno break, con complicaciones porque Nole se resistía.

Haciendo gala de un formidable revés cortado, Thiem puso el 1-2 y se granjeó cierta distancia (2-4) hasta llegar a un momento de inflexión en el noveno juego. Justo antes, Djokovic había recuperado el terreno perdido con un quiebre (4-4); y cuando se disponía a consolidar eso para adelantarse, tuvo un pequeño rifirrafe con el juez de línea Damien Dumusois.

Merced a un aviso por violación de tiempo ejecutando su saque, el serbio acusó los nervios y finalmente cometió otra infracción, por el mismo motivo, que le valió ser sancionado por el árbitro francés. Habiendo perdido ese punto por cuestión de reglamento y no de peloteo, encima le suponía conceder una oportunidad de rotura a Thiem.

Ahí, el austriaco se benefició para establecer el 4-5 y anotarse ipso facto el segundo set. Su oponente estaba visiblemente enfadado y dio tres golpecitos en la zapatilla de Dumusois, cuando pasó por delante de su silla; felicitó con ironía al juez francés y además, ya sentado en su banquillo, añadió que su "buen trabajo" le haría "famoso".

Del enfado a la remontada

Todavía con muchas señas de indignación, Nole se desvaneció y empezó a enviar demasiadas bolas al pasillo del dobles. Se le había desajustado la mirilla en cada raquetazo y su rival lo exprimió por completo, rompiendo dos veces el saque del balcánico para encarrilar la manga (0-4).

Casi no hubo agobios hasta el octavo juego, donde el nº 5 mundial abrochó el set a la cuarta ocasión (2-6). Djokovic había dudado, y había hecho dudar a su box en la grada, pero supo sufrir con sus posteriores turnos de saque. Por si fuera poco, salvó un lance adverso con 1-1 y 30-40, para desde entonces mostrarse más sólido.

En franca mejoría, Djokovic se colocó arriba por 4-3 y 15-40. Thiem gestionó bien los tiempos al primer envite, aunque cedió en el siguiente y perdió en blanco el noveno juego (6-3). El quinto y definitivo set tendría la última palabra, con el experto en Melbourne cada vez mejor y con el novato entre titubeos.

El talento y la tenacidad del austriaco, eso sí, le hicieron situarse con 0-1 y llevaron a Nole hasta cotas exigentes con cada golpe de muñeca, con cada estrategia de ataque. Mientras, el enfado con el árbitro ya era agua pasada y el heptacampeón buscaba un tiro de gracia para rozar su octavo título.

En el tercer juego, Djokovic olió sangre y tan solo necesitó una bola de break para ponerse con ventaja (3-1), jaleado por la afición del Rod Laver Arena. Por contra, su adversario malgastó dos opciones de quiebre justo a continuación; fueron detalles, matices nada más, que decantaron el partido del lado del serbio.

El nuevo nº 1 del tenis mundial fraguó, en blanco, un 4-2 que sonaba a sentencia. Thiem se aferró a su servicio en el séptimo juego, superior a 7 minutos, y merodeó después la pelota de rotura con un 15-30. Sin embargo, Djokovic nunca más se precipitó y estuvo apoyado por el público para situarse 5-3 al borde de alcanzar las 4 horas.

La resistencia del tenista austriaco alargó un poco la contienda, concretamente lo que tardó el serbio en tocar la gloria (6-4) nuevamente en su Grand Slam predilecto. Su arranque de temporada, con título incluido en la ATP Cup, hace de Djokovic aún más temible para este 2020.

Compartir en: