Nadal "todoterreno" vs el "nuevo" Djokovic, por un puesto en la final

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Semifinales en Londres con sabor a final. Rafa Nadal busca este viernes volver a la última ronda del torneo de Wimbledon siete años después, a dos partidos de coronarse en la hierba inglesa por tercer vez, pero con un penúltimo obstáculo con cartel de clásico, ante el serbio Novak Djokovic, quien vuelve por sus fueros a la espera del golpe maestro.

Nadal es un todoterreno y no parece tener fin. El balear cambió la tierra por la hierba sin que su juego lo notase, como si no pasaran los años por él. Rafa, en el décimo aniversario de una histórica final contra Roger Federer, parece el mismo tenista agresivo, ágil de piernas y con calidad para repartir.
Tras casi dos semanas por el All England Club, el balear tratará de reservar para el domingo una final que no juega desde 2011, cuando cayó precisamente contra Djokovic.

El campeón en 2008 y 2010 prefirió descansar esta temporada, tras ganar Montecarlo, Barcelona, Roma y Roland Garros, y entrenar en Mallorca sobre hierba, sin jugar ningún torneo antes del tercer grande del curso. No le hizo falta mucho más que entrar en faena para encontrar ritmo y juego en Londres. Cuatro victorias por la vía rápida hasta que subió la apuesta con Juan Martín del Potro, en una batalla a cinco sets en la que Nadal demostró que tiene tenis y épica para rato. Un regalo para Wimbledon, cinco horas de intercambio sin tregua que se apuntó el español, empeñado en la reconquista inglesa.

A sus 32 años, el de Manacor recuerda a aquel chaval de 22, con pantalón pirata y camiseta sin mangas, que se impuso a Federer en una final legendaria, para estrenar su palmarés en un grande más allá de París. Su primer Wimbledon, en la perfecta adaptación al medio. Así engorda Nadal sus vitrinas con 17 grandes, en busca del 18 y con Roger Federer (20) apeado en cuartos de final.

El español supo en 2017 volver a la carretera del éxito, tras lesiones no solo físicas sino también mentales, y ahora es Djokovic quien pide pista. El de Belgrado lleva dos años por carreteras secundarias, desde que completara el ansiado Grand Slam ganando Roland Garros en 2016. Ahí dejó bajar su motivación, se relajó de mente y cuerpo, llegando los cambios en su equipo y las lesiones.

La del codo, la más recurrente, para terminar su 2017 precisamente en Wimbledon. Seis meses y una reaparición paulatina han ido moldeando al nuevo Djokovic. Nole vuelve a rugir sobre la pista, vuelve a tener hambre y por supuesto tenis. Lo demostró en la tierra de Roma y París y en su preparación para Wimbledon en Queen's.

El tres veces campeón en Londres no quiere ser el 12 veces campeón de grandes o el que fuera número uno del mundo durante 223 semanas. "Soy una persona diferente y un jugador diferente", apunta el serbio, ante su primera semifinal de este nivel en dos años. Será el 52º capítulo del duelo más repetido de la Era Open, el que mantenga la estruendosa actualidad de Nadal o devuelva a Nole al espectáculo.

El español y el serbio saltarán en busca de la final en el segundo turno de la Central, después de la semifinal que enfrentará al sudafricano Kevin Anderson y el estadounidense John Isner y que comenzará a partir de las 14:00 hora peninsular española.
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