Jaque mate definitivo de Messi a Bartomeu para salir del FC Barcelona
Las razones del burofax lo explicará un día con tranquilidad Lionel, Leo, Messi cuando la tormenta haya cesado totalmente y él esté asentado definitivamente en el nuevo proyect de su carrera deportiva. Será el Manchester City. No es ningún secreto. Formará como jugador clave en el ataque con el Kun que ya le ha cedido el dorsal 10.
El burofax fue una jugada de jaque.
Tampoco es ningún secreto -y se trata de algo conocido- que la figura de Josep Bartomeu, presidente del club, nunca fue bien recibida en un escenario en el que Messi era el capitán.
Hay que conocer el trasfondo del burofax -un papel frío e imperativo enviado telemáticamente- para comprender mejor los hechos que han conmocionado al FC Barcelona y abierto una crisis de envergadura que cuando acabe se llevará por delante la actual junta directiva:
1. En enero el club decidió despedir de malas maneras a Ernesto Valverde y traer a un entrenador imprevisto. "De cuidar las vacas a entrenar al FC Barcelona", las primeras palabras que espetó Quique Setién en su primera conferencia de prensa. El cese de Valverde a Messi le disgustó y preocupó.
2. Peor aún fueron las palabras de Abidal de atacar al vestuario y de responsabilizarle de la salida de Valverde.
3. La crisis del estado de alarma y la presión para bajar los sueldos se llevó pésimamente en la junta directiva. Messi fue entonces muy tajante. "No deja de sorprendernos que desde dentro del club hubiera quien tratara de ponernos bala lupa e intentara sumarnos presión".
4. La llamada de Koeman a Luis Suárez de un minuto de duración para echarle fue un mazazo.
5. El final (el detonante), la reunión cara a cara con Koeman en la que le anunció, con un rictus de firmeza y cierta venganza, que acabó "la era de los privilegios".
Todo quedó listo entonces para el burofax que anunciaba la ruptura y su salida libre y de forma gratuita del club.
El jaque mate llega ahora. Messi ha pedido a sus abogados y representantes una reunión con el FC Barcelona para buscar un pacto y evitar una guerra que podría ser muy dolorosa y cara para la entidad porque la decisión de Messi de dejar el club y la ciudad es total.
Messi no acepta que tenga que pagar él o nadie 700 millones de euros. Considera que no debe pegar nada. Su valor actual en el mercado es de 112 millones. El pacto que se podría abrir es el de la salida gratis de Messi y el acuerdo con su próximo club, el Manchester City, de una operación de cesión de tres jugadores (en una acción de trueque que alcanzaría el valor de 123 millones e incluiría sobre todo el brasileño Gabriel Jesús y dos jugadores más).
Por su parte Josep Bartomeu sigue sin comprender nada ni tener una visión de una nueva jugada que es ahora de jaque mate.
La misma noche de la tragedia en Lisboa debió admitir toda la responsabilidad, presentar su dimisión en aquella horas y pedir perdón además de forma personal y con humildad a la hinchada por sus errores. No lo hizo porque no comprendió ni asumió la magnitud del desastre. Ni lo comprenderá.
Representa la ceguera total de las élites radicales y soberbias de Barcelona (que no escuchan y admiten sus errores) y cuya gestión a todos los niveles bien conocemos.
Messi, de 33 años, lleva jugando en el primer equipo del Barça desde la temporada 2004/2005 con un total de 20 años en la institución. El FC Barcelona se equivocaría gravemente si mantiene su desprecio, presión e incluso amenaza. Messi se merece un total respeto y si ahora ha pedido la búsqueda de un pacto, es el jaque mate definitivo. Si Bartomeu no negocia ahora con humildad y sagaciad demostrará que nunca una persona como él debió de llegar a la presidencia del FC Barcelona.
El burofax fue una jugada de jaque.
Tampoco es ningún secreto -y se trata de algo conocido- que la figura de Josep Bartomeu, presidente del club, nunca fue bien recibida en un escenario en el que Messi era el capitán.
Hay que conocer el trasfondo del burofax -un papel frío e imperativo enviado telemáticamente- para comprender mejor los hechos que han conmocionado al FC Barcelona y abierto una crisis de envergadura que cuando acabe se llevará por delante la actual junta directiva:
1. En enero el club decidió despedir de malas maneras a Ernesto Valverde y traer a un entrenador imprevisto. "De cuidar las vacas a entrenar al FC Barcelona", las primeras palabras que espetó Quique Setién en su primera conferencia de prensa. El cese de Valverde a Messi le disgustó y preocupó.
2. Peor aún fueron las palabras de Abidal de atacar al vestuario y de responsabilizarle de la salida de Valverde.
3. La crisis del estado de alarma y la presión para bajar los sueldos se llevó pésimamente en la junta directiva. Messi fue entonces muy tajante. "No deja de sorprendernos que desde dentro del club hubiera quien tratara de ponernos bala lupa e intentara sumarnos presión".
4. La llamada de Koeman a Luis Suárez de un minuto de duración para echarle fue un mazazo.
5. El final (el detonante), la reunión cara a cara con Koeman en la que le anunció, con un rictus de firmeza y cierta venganza, que acabó "la era de los privilegios".
Todo quedó listo entonces para el burofax que anunciaba la ruptura y su salida libre y de forma gratuita del club.
El jaque mate llega ahora. Messi ha pedido a sus abogados y representantes una reunión con el FC Barcelona para buscar un pacto y evitar una guerra que podría ser muy dolorosa y cara para la entidad porque la decisión de Messi de dejar el club y la ciudad es total.
Messi no acepta que tenga que pagar él o nadie 700 millones de euros. Considera que no debe pegar nada. Su valor actual en el mercado es de 112 millones. El pacto que se podría abrir es el de la salida gratis de Messi y el acuerdo con su próximo club, el Manchester City, de una operación de cesión de tres jugadores (en una acción de trueque que alcanzaría el valor de 123 millones e incluiría sobre todo el brasileño Gabriel Jesús y dos jugadores más).
Por su parte Josep Bartomeu sigue sin comprender nada ni tener una visión de una nueva jugada que es ahora de jaque mate.
La misma noche de la tragedia en Lisboa debió admitir toda la responsabilidad, presentar su dimisión en aquella horas y pedir perdón además de forma personal y con humildad a la hinchada por sus errores. No lo hizo porque no comprendió ni asumió la magnitud del desastre. Ni lo comprenderá.
Representa la ceguera total de las élites radicales y soberbias de Barcelona (que no escuchan y admiten sus errores) y cuya gestión a todos los niveles bien conocemos.
Messi, de 33 años, lleva jugando en el primer equipo del Barça desde la temporada 2004/2005 con un total de 20 años en la institución. El FC Barcelona se equivocaría gravemente si mantiene su desprecio, presión e incluso amenaza. Messi se merece un total respeto y si ahora ha pedido la búsqueda de un pacto, es el jaque mate definitivo. Si Bartomeu no negocia ahora con humildad y sagaciad demostrará que nunca una persona como él debió de llegar a la presidencia del FC Barcelona.
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