Garbiñe Muguruza brilla, Carla Suárez cae y Carreño se crece

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Excelente día para Garbiñe Muguruza que logró un brillante pase a la tercera ronda del Abierto de Australia después de ganar este jueves a la británica Johanna Konta en tres sets por 6-4, 6-7(3), 7-5, para quedarse como única representante de la Armada en el cuadro femenino tras el adiós de Carla Suárez, mientras que Pablo Carreño también siguió adelante.

Muguruza sacó adelante un duro encuentro con una rival que también intenta volver por sus fueros. Y si en 2015, estas dos tenistas estuvieron casi tres horas y media en pista en su duelo en el US Open, en esta ocasión sólo rozaron las tres horas, un tiempo en el que Muguruza estuvo a un buen nivel, tanto tenístico como mental, para aguantar la resistencia de una Konta que nunca se vino abajo y que rivalizó en grandes golpes con la exnúmero uno el mundo.

Garbiñe Muguruza firmó 41 winners, nueve de ellos con su saque, inalcanzable para la natural de Sidney que no pudo romperlo en ningún momento y que sólo tuvo dos opciones. Además, sólo cometió 19 errores no forzados, casi todos con su 'drive' que no acompañó a un revés a dos manos que brilló en los momentos decisivos.

Pero lo mejor seguramente fue ver a una Muguruza que aguantó muy bien la dureza de un partido, cuya primera manga vio el único break que se registró. Fue además en el primer juego y le permitió finalmente a la doble campeona de Grand Slam ponerse por delante.

A partir de ahí ninguna dio más su brazo a torcer, aunque Muguruza gozó de una buena oportunidad con 4-4 en el segundo set cuando tuvo 15-40. Konta lo levantó con calidad y la manga se fue un tie-break donde la británica no bajó el nivel (7/3).

En la tercera y definitiva, los saques se impusieron hasta que Muguruza, firme y sin precipitarse en sus golpes, se puso 6-5. A la presión del saque para su rival, la española añadió un resto afilado que le permitió romper y poder irse a dormir con una sonrisa. La suiza Timea Bacsinszky será su oponente por estar en octavos.

Carla Suárez cae y Carreño se una a Nadal, Bautisa y Verdasco

En cambio, Carla Suárez no pudo acompañar a su compatriota y cayó ante la potencia de la ucraniana Dayana Yastremska, que eliminó a la canaria, cuartofinalista el año pasado en Melbourne Park, en tres sets por 6-3, 3-6, 6-1.

La joven de 18 años comenzó muy fuerte y en apenas media hora ya había cerrado la primera manga haciendo bueno un solitario break. La segunda no cambió el panorama y la española continuó dominada en la pista, con otra rotura y sin poder inquietar al resto, momento en el que pareció cambiar el partido.

Suárez pasó de dominada a dominadora y tras un amenazante 1-3 en contra, reaccionó para llevarse los siguientes cinco juegos y llevar el duelo a un tercer y definitivo parcial. Yastresmka recuperó la fortaleza de su drive y no dio más concesiones con un inicio demoledor (5-0) ante el que nada pudo hacer la grancanaria.

Carla Suárez nunca dio la sensación de sentirse demasiado cómoda en la pista ante una rival, disputando el segundo grande de su carrera y por primera vez en una segunda ronda, que eligió jugar a pocos golpes, una agresividad reflejada en sus 32 ganadores y sus 44 errores no forzados.

Por otro lado, en el cuadro masculino, Pablo Carreño se unió en la tercera ronda a Rafa Nadal, Roberto Bautista y Fernando Verdasco después de derrotar con bastante comodidad al bielorruso Ilya Ivashka en tres sets por 6-2, 6-3, 7-6(9).

Después de los apuros sufridos en su estreno ante Luca Vanni, el asturiano mejoró su tenis y, pese a una inusual parón por la lluvia, se deshizo de su rival para citarse con el italiano Fabio Fognini por repetir los octavos del año pasado, su tope en este Grand Slam.

Carreño dominó con claridad las dos primeras mangas, donde no entregó su saque, lo que no pudo evitar en la tercera, donde pese a comenzar rompiendo, vio como el bielorruso amenazaba con dos breaks seguidos para ponerse 4-2. Ivashka gozó de saque para forzar un cuarto set, pero no lo aprovechó, al igual que dos bolas de set en la muerte súbita posterior, donde Carreño evitó más apuros.

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