Fútbol presión, la estrategia de contragolpes en oleadas

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Tottenham y Liverpool disputan este sábado la final de la Champions en el Wanda Metropolitano después de superar desde el principio duros grupos y luego alcanzar la cita de Madrid con impensables remontadas. In extremis en el conjunto londinense.



Ambos conjuntos se conocen muy bien, gracias a los duelos competidos que han vivido en la Premier League, y saben cuáles son sus puntos fuertes y débiles. Además, la responsabilidad recaerá en nombres como Eriksen, Kane (si finalmente juega), Son, Firmino, Mané o Salah. Pero cómo llegan y el recorrido realizado por los dos equipos hasta esta final también determina el planteamiento y la manera de afrontar el último partido antes de hacerse con el trofeo.

Los de Jürgen Klopp no tuvieron mucha suerte en el sorteo de la fase de grupos, ya que estuvieron enmarcados en el de la muerte, con PSG, Nápoles y Estrella Roja. De hecho, no materializaron su clasificación a octavos hasta al última jornada, cuando la victoria ante el Nápoles (1-0) les metió en la siguiente fase.



Pero su fase de grupos se complicó al encadenar dos derrotas consecutivas ante Estrella Roja (2-0) y PSG (2-1) para terminar como segundo y verse condenado a un duro cruce con el Bayern, ante el que demostraron ya a demostrar su favoritismo y potencial ofensivo. Pese a empatar sin goles en la ida, arrolló en el Allianz Arena por 1-3.

Empezaban así los festivales goleadores del Liverpool, que presentaba su candidatura para plantarse en la final de la Liga de Campeones por segundo año consecutivo. Esta vez, el sorteo deparó más suerte, emparejándoles con el Oporto, al que ya había eliminado el año anterior y que volvió a dejar fuera tras ganar 2-0 en Anfield y por 1-4 en Do Dragao.

El penúltimo paso le midió con el otro gran candidato, el FC Barcelona liderado por Lionel Messi y que fue clave en la ida en el Camp Nou para ponerle la final de Madrid muy cuesta arriba con un 3-0 que parecía definitivo y que no reflejó la valentía red.

En la vuelta, y con la Premier en juego y sin Salah y Firmino, Klopp puso todo lo que tenía en el campo y el equipo creyó, tuvo fe y confió mucho más en sus posibilidades que los culés, zarandeados por un demoledor 4-0 y meterse en la novena final de Copa de Europa de su historia. En total, llega a la pelea decisiva por el título con siete victorias, un empate y cuatro derrotas, con 22 goles anotados por partido (1,83 por partido) y 12 encajados (1 por encuentro).

Así, los puntos fuertes de este Liverpool en su camino a la final han sido la valentía y la alegría en su fútbol, así como más seriedad defensiva (solo ha encajado cinco goles en casa) y una efectividad brutal en ataque. Ahora, espera el Tottenham, al que ha ganado sus dos enfrentamientos ligueros esta temporada, ambos por 2-1.

Los de Mauricio Pochettino llegan a la final después de solo perder cuatro encuentros de los 12 que han disputado en la competición y su principal baza ha sido el esfuerzo hasta el final, ya que ha avanzado varias eliminatorias in extremis. Tras afrontar la temporada sin fichar, el objetivo no era ni mucho menos llegar a la primera final de su historia de la máxima competición continental.

En la fase de grupos, al igual que el Liverpool, tampoco tuvieron demasiado azar con los rivales: Barcelona, Inter de Milán y PSV. Y como los reds, no certificó su pase hasta la última jornada cuando arañó un empate a un gol ante un Barça con rotaciones y sin Messi.

Desde la primera igulada eliminatoria, ante un Borussia Dortmund que empezaba a perder el fuelle que le había impulsado a inicios de temporada, el Tottenham fue muy superior (3-1 y 0-1), pero en cuartos le tocó en liza un serio candidato como el Manchester City.

Los spurs sobrevivieron en casa para coger ligera ventaja (1-0). Pero en la vuelta, pese al inicio frenético con cinco goles a los 20 minutos, encontraron una carambola en un corner que vistió de primer héroe a Fernando Llorente para anotar un 4-3 que mantuvo el VAR en dos decisiones.

El siguiente escollo sería el pujante y joven Ajax, verdugo del Real Madrid y de la Juventus. Los ajacied vencieron en Londres (0-1) y llegaron al descanso de la vuelta en casa con una ventaja de 2-0. Entonces, apareció el otro héroe, Lucas Moura, que en un frenesí de segunda parte anotó un triplete, con el último gol en el 96, para lograr el billete para la final inglesa. En total, en sus 12 partidos, ha ganado seis, ha empatado dos y ha perdido cuatro, con 20 goles anotados (1,62) y 17 encajados (1,41).
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