Dani Alves habló por primera vez sobre la presunta agresión sexual. (Foto: Dani Alves)

El relato de lo que sucedió la noche de la agresión sexual de Dani Alves

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Dani Alves ha presentado hasta cinco relatos diferentes sobre la presunta agresión sexual que se le imputa en la discoteca Sutton de Barcelona. Estos cambios de versión, junto con el testimonio constante de la víctima, han sido una de las razones por las que se le ha denegado repetidamente la libertad provisional.

Hasta ahora, solo algunos fragmentos de su relato eran de dominio público, pero en su primera entrevista desde la cárcel, el exfutbolista ha defendido su inocencia al contar lo que realmente sucedió.

Alves explicó que al llegar al local, el responsable VIP se acercó para preguntar si deseaban conocer a alguna chica, algo que ocurría cuando él no iba acompañado de su esposa, Joana Sanz.

Respondieron afirmativamente y dos chicas entraron, pero se sintieron incómodos cuando intentaron tomar fotografías, por lo que decidieron marcharse.

Fue en ese momento cuando se produjo un primer intercambio de miradas con la presunta víctima y sus acompañantes. Según Alves, ellas no dejaban de mirarles, por lo que decidieron pedirle al camarero que les preguntara si querían acercarse, y ellas aceptaron. "La señorita con la que tuve el problema empezó a bailar muy cerca de mí", precisa.

El exjugador del FC Barcelona afirma que bailaron de esa manera durante un tiempo. Aunque no se besaron, considera que era evidente la atracción por sus movimientos y miradas. Fue entonces cuando sugirió a la joven ir al baño para alejarse de miradas curiosas y evitar posibles fotografías comprometedoras.

La chica accedió, pero tardó en entrar mientras él ya estaba dentro esperándola. "Después de un rato pensé que tal vez había cambiado de opinión", por lo que se preparó para salir del baño. Sin embargo, justo cuando estaba saliendo por la puerta, la vio acercarse, y Alves niega haber cerrado la puerta con pestillo.

Una vez dentro del baño, el brasileño niega haber sido violento con ella, a pesar del testimonio de la joven. Según él, no hay ninguna marca en el cuerpo de ella que pueda explicar la supuesta violencia descrita, y explica que la herida en la rodilla de la chica es simplemente un rasguño debido a la posición de rodillas mientras le practicaba sexo oral.

Afirma que en ningún momento ella le pidió que se detuviera ni mostró señales de querer irse. Detalla que la puerta estuvo abierta todo el tiempo, y ella podría haberse ido ya que él permaneció sentado en la tapa del inodoro durante casi todo el tiempo.

Cuando se le preguntó sobre las huellas de la joven encontradas en el lavabo y el espejo, el exfutbolista asegura desconocer cuándo tocó esos lugares.

Una vez que la relación sexual concluyó, él salió del baño primero y se quedó un tiempo en el reservado, aunque no mucho porque era tarde. Al salir del lugar, Alves pasó cerca de la mujer, lo cual dice haber sabido por las grabaciones de las cámaras de seguridad.

Asegura que si la hubiera visto llorar, se habría detenido para preguntar qué sucedía y no se habría ido si le hubieran informado que la joven afirmaba que él la había agredido sexualmente. "Esa misma noche me presenté en una comisaría para aclarar lo sucedido", concluye.
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